Allá por el año 2.020, cuando
ingresé como docente, al “Oliva”, me sorprendió una forma diferente de hacer
escuela. La comunidad era parte vital, protagónica y presente en el día a día
de la misma. La comunicación era recíproca, fluida, trasparente y constante
sobre temas de la realidad cotidiana.
El tiempo fue pasando, y año tras año, volví a elegir la escuela. Así llegó el 2.023, y me encontré haciéndome estas preguntas:
- ¿Cuál era la historia de la creación de la escuela?,
- ¿Por qué lleva este nombre?,
- ¿Quién fue el maestro Oliva?,
- ¿Trabajó en la escuela?
- ¿Por qué el edificio tiene estas características?
Al indagar, sobre estos temas, observé la escasa existencia de fuentes informativas, que dieran cuenta de la historia de la escuela, la que a su vez, era desconocida por quienes comenzaban a habitarla en este nuevo tiempo.
Entendí, entonces, que se estaba
perdiendo el sentido de pertenencia, de identidad, y de reconocimiento de lo
vivido, como comunidad Olivareña.
La percepción de lo que ha sido el espíritu Olivareño, mencionado por quienes permanecen y que no resuena para aquellos que llegan, por desconocerlo y no contar con fuentes históricas visibles, me invitó a profundizar sobre la historia de la institución en el tiempo, con la convicción de que es importante que los actores sociales que forman parte de una escuela, puedan tener oportunidades de habitarla, desarrollando poco a poco, el sentido de pertenencia hacia ella.
Para conocer hay que recordar.
Para recordar hay que hacer memoria.
Y este hacer memoria requiere de
ubicarnos en un tiempo y un espacio determinado, con la finalidad de conocer
los cambios y permanencias que se dieron en ese tiempo y los procesos que
llevaron a esos cambios, como también los actores protagonistas de los mismos.
Esta propuesta nació como una invitación para resignificar, tanto el patrimonio cultural como la memoria
colectiva, de nuestra institución, para poder revalorizar su identidad, y
así reconstruir un nuevo sentido de pertenencia, para vivenciar la
escuela como un lugar para habitar, querer, reconocer y explorar y en donde se
nos permita ser.
El producto final de este proyecto, es la CREACIÓN COMUNITARIA de un ARCHIVO de la MEMORIA, un banco de datos que servirá de FUENTE DE INFORMACIÓN, con el objetivo de resignificar nuestra institución educativa, recuperando su historia para hacerla parte de nuestro presente, conocerla y compartirla.
El modo de comunicar los resultados de la investigación, que los niños de 1° y 2° grado llevarán adelante, para encontrar respuestas a estos dos interrogantes: ¿Quién fue Manuel Gregorio Oliva?, ¿nuestra escuela, fue siempre igual?, es este BLOG.
En nombre de los estudiantes de 1° y 2° grado, los invito a recorrerlo...
(Docente de Primer Ciclo)